Gary Leon ridgway Parecía un tipo normal y corriente. Se confundía con la multitud, no había nada en el que hiciese sospechar y por eso era tan efectivo a la hora de engañar a las mujeres. Era un maestro del crimen. Cuando se trata de mayoría de los asesinatos, se resuelven, pero Ridgway salió impune durante décadas.
El plan era el siguiente: quería matar a todas las prostitutas que pudiese... creía que podría matar a tantas como quisiera sin ser detenido. En noviembre de 2013, Gary Leon ridgway se confesó culpable del asesinato de 48 mujeres admitió ser el legendario asesino de Green River un asesino que tuvo en alerta durante casi dos décadas a la costa noroeste del Pacífico por una serie de muertes violentas. El señor Richard se declara culpable de 48 cargos de homicidio en primer grado porque es culpable de cada uno de ellos. En el tribunal se leyeron uno a uno los lugares las fechas y los nombres de las víctimas y Gary ridgway impasible reconoció cada uno de los asesinatos.
Ridgway le contó la policía que había matado por lo menos a 90 mujeres... tantas, que no era capaz de recordar sus caras sus nombres y a veces incluso donde se deshizo del cuerpo. Las víctimas eran prostitutas y fugitivas que vivían en Seattle, Washington y en los alrededores, algunas de ellas incluso de 16 años.
Al igual que otros muchos asesinos en serie, el objetivo de Ridgway eran las personas vulnerables, y las prostitutas son las más vulnerables de todas. Es el asesino en serie más prolífico de Estados Unidos y sus primeras víctimas aparecieron en el río verde. Estaban todos horrorizados, esos eran los lugares donde hacían picnic, donde nadaban, donde sus niños corrían y jugaban... hasta que empezaron a aparecer los cuerpos.
El 15 de julio de 1982, dos niños descubrieron un cuerpo desnudo flotando bajo el puente, se llamaba Wendy Lee Coffield, una chica de 16 años que se había escapado de casa y que había sido estrangulada; 4 semanas después apareció flotando boca abajo en el río el cuerpo desnudo de una mujer a la que habían estrangulado, Debra Bonner. Una vez que comenzaron los asesinatos se empezó a hacer suposiciones, es decir, era obra de más de una persona, cómo empezó y dónde acabará todo esto, cómo es posible, todo sucedía en Río Verde. Y los asesinatos continuaron, tres
días después, el 15 de agosto : Un barquero le dijo a la policía que había estado navegando río abajo y vio lo que parecían ser dos maniquíes en la orilla del río pero cuando se acercó se dio cuenta de que no eran maniquíes, de hecho eran cuerpos humanos, se trataba de Cintia Hinds y Marcia Chapman, estaban sumergidas hasta el pecho atadas a unas piedras, ambas habían sido estrangulada, pero lo que realmente lo sorprendió fue la mano de Marcia Chapman, uno de sus brazos estaba desatado y ondeaba en el agua como si le estuviese diciendo Socorro estoy aquí, es una imagen en la cabeza que nunca podrá olvidar.
Cuando el detective principal, descendió al lugar donde estaban los cuerpos, se encontró con otra víctima tirada sobre la hierba, se llamaba Opa Mills, en aquella época, el detective no sabía que las pruebas que había en esas escenas ayudarían a capturar al asesino de Green River casi 20 años después.
Cuando las víctimas empezaron a aparecer en el río, Ridgway estaba solo a unos minutos de allí trabajando en una compañía de Seattle. En el año 1982, ya llevaba trabajando allí 11 años. Gary era pintor, hacía los dibujos en los camiones con cinta adhesiva, era un trabajo que requería destreza y precisión, era el puesto ideal para Gary ridgway, era meticuloso, le gustaba asegurarse de que todo estaba Perfecto... perfecto para él. Muchos de sus compañeros de trabajo opinaban que había algo en Gary Leon ridgway que no era del todo correcto, cuando pasaba una mujer todos se quedába mirándola, pero él tenía algo oscuro en la mirada, se quedaba como ensimismado
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